La Función de Asesoría y Acompañamiento

Una de las estrategias decisivas en la Reforma y el fortalecimiento a la calidad educativa, es la función de asesoría y acompañamiento que realizamos todos frente a nuestros compañeros, ya que a partir de ella intercambiamos diálogos, ideas, dudas, estrategias, proponemos, buscamos e intercambiamos distintas informaciones para tomar decisiciones fundamentales en el desarrollo de nuestro trabajo en el aula; esta función de asesoría y acompañamiento equivocadamente se ha tomado solo como una acción que deben de realizar algunas personas, pero lo cierto es que desde nuestra aula, dirección, supervisión o Departamento, podemos brindar elementos de acompañamiento que fortalezcan el trabajo en el aula y la formación continua como docentes.


Es importante que reconozcamos que al igual que los alumnos también nosotros como docentes aprendemos en la escuela y que estos conocimientos se compartan con todo el colegiado, dentro y fuera de ella. Muchas veces nos preguntamos ¿Qué es lo que podemos compartir?, ¿Cómo podemos hacer un acompañamiento? pero si bien es cierto esto no es tan sencillo, tampoco es difícil, y no es exclusivo de algunas personas, lo importante es que cada día hagamos una revisión de nuestra practica para reconstruirla y reflexionar ¿cómo fué nuestra intervención?, ¿que pusieron en juego los niños?, ¿que aprendieron?, al igual que la planificación esta reflexión de lo que acontece diariamente en al aula, en la dirección, en la supervisión debería ser un ejercicio mental, que nos ayudara a reconocer ¿Qué cosas hacemos? y ¿Cómo las hacemos? y en esa línea poder transformar nuestras prácticas todos los que estamos involucrados en el proceso educativo, pues recordemos que la reforma es para todos desde la función que tengamos y la transformación hacia la calidad depende mucho de ese trabajo en colegiado, de equipo, donde respondamos a fines comunes.

El acompañamiento implica ponernos en los zapatos del otro, reconocer cuáles son las necesidades que manifiesta, las creencias y saberes que posee en los distintos hechos educativos, dialogar sobre lo que piensa, investigar sobre lo ya escrito y lo que sucede diariamente con los alumnos, leer y reflexionar sobre lo que se escribe sobre el aprendizaje y la enseñanza, reflexionar y analizar para poder hacer una interpretación de la realidad de nuestras aulas, y entonces actuar con fundamento y no dejar que la rutina de trabajo nos vuelva ciegos, por ello el que constantemente estemos acompañados pedagógicamente el uno del otro para nuestro crecimiento profesional es importante. Rodolfo Ramírez Raymundo dice “que las Propuestas de cambio cuando son profundas, no pueden llevarse a la práctica sólo con unos cuantos cursos de actualización; se requieren acciones sostenidas por varios ciclos escolares” y este hecho debe de partir desde nuestras escuelas porque si bien es cierto que las reformas educativas son nacionales basadas en las necesidades del país, no basta con su publicación requieren que desde cada una de las aulas y escuelas exista el compromiso y responsabilidad docente para atender las necesidades de aprendizaje de acuerdo a los contextos sociales, culturales, económicos donde se desarrolla, “puesto que lo que se pretende no es que las maestras adopten un nuevo discurso para nombrar las formas usuales de proceder en el trabajo con los niños y las niñas sino transformar esas prácticas usuales (organización de la jornada, objetivos reales que se buscan en el trabajo docente, tipo de actividades, relación con los alumnos, relación entre profesoras, función directiva, etc) de tal manera que el Jardín de Niños ofrezca ricas y variadas situaciones de aprendizaje” (Ramírez Raymundo Rodolfo: 128:2008)

Con todo ello es importante que en nuestras escuelas y la zona escolar impulsemos el acompañamiento reconociendo cuáles son nuestras fortalezas, que es lo que necesitamos cambiar de nuestras prácticas y las acciones que necesitamos innovar para continuar mejorando este proceso.